lunes, 16 de enero de 2012

He aquí, yo estoy a la puerta Apocalipsis 3:20


Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual siendo el
resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Hebreos 1:1-3
 En el principio era el verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios: Juan 1:1-12 Y aquel Verbo fue hecho carne, y Habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. Juan 1:14-15,33-34 El cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:6-11
Así es querido lector, éste verbo (Jesús) que habito con Dios en el principio se hizo carne y habito entre nosotros (la humanidad) y cumplió su propósito, para el que fue enviado, dar su vida por rescate de muchos, entre los cuales te encuentras tú. Si Cristo Jesús murió en la cruz del calvario para darte salvación y vida eterna, él pago el precio de nuestro pecado y de nuestra maldad. Y es por eso que él te dice hoy:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamó; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mí trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. Apocalipsis 3:20-21

¿Quieres tú ser salvo? ¿Quieres expiar tus culpas? ¿Quieres ser limpio de toda maldad? Tan solo hay poder en la Sangre de Jesús. Y en ningún otro hay salvación: Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:12 ¿Quieres creer en Jesús y ser llamado hijo de Dios? ¡¡¡¡¡¡¡Acéptalo!!!!!!!



Haz la siguiente oración:

Señor Dios Padre Todopoderoso. Creo que Jesucristo es tu Hijo, y que tú lo enviaste a morir en la cruz del calvario, que derramo su sangre hasta la muerte, y que solo con su sangre yo encuentro la remisión a mis pecados, en esta hora yo acepto a Jesucristo como mi Señor y Salvador, reconozco Padre he pecado contra el cielo y contra ti, he hecho lo malo delante de tus ojos, pero en esta hora, yo creo que Jesucristo es el Señor y lo acepto como mi Señor y Salvador, hazme hijo tuyo oh Dios,  lávame con tu Sangre preciosa Cristo, me cubro con la sangre de Cristo en esta hora, dame de tu Santo Espíritu y Padre que mi nombre sea escrito en el libro de la vida del cordero, Cristo  espero tu regreso, en el nombre de Jesús. Amén, y amén.


Y esta es la vida eterna; que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado. Juan 17:3


Si quieres descargar esta reflexión, haz click aqui:

No hay comentarios:

Publicar un comentario