lunes, 16 de enero de 2012

Como las aguas cubren la mar Habacuc 2:14


Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren la mar.
Los cielos cuentan la gloria de Dios. Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a
otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz. Y hasta el extremo del mundo sus palabras. Salmo 19:1-4 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujeto en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Romanos 8:19-21 Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Pero me dirás: ¿Por qué, pués  inculpa? Porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?  ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿por qué me has hecho así?  ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y que si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordias que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no solo de los judíos, sino también de los gentiles: Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente. Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos, que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Romanos 10:8-11 Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído’ ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito ¡¡¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!!! Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Pero digo: ¿No han oído? Antes bien, Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, Y hasta los fines de la tierra sus palabras.
Es por eso que he escrito estas líneas, porque yo he sido enviado a predicarte el evangelio de Jesucristo, el evangelio de la paz, el evangelio de las buenas nuevas, he sido enviado a decirte que Cristo Jesús murió por ti y por mí en la cruz del calvario y que derramo su sangre hasta la muerte, para salvarnos de la condenación. ¿Quieres tú ser salvo? ¿Quieres expiar tus culpas? ¿Quieres ser limpio de toda maldad? Tan solo hay poder en la Sangre de Jesús. Y en ningún otro hay salvación: Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:12 ¿Quieres creer en Jesús y ser llamado hijo de Dios? ¡¡¡¡¡¡¡Acéptalo!!!!!!!


Haz la siguiente oración:

Padre Santo, en esta hora yo creo que Jesús es el Señor y que tú lo levantaste de la muerte, lo creo en mí corazón y ahora mismo lo confieso con mi boca, Jesús es el Señor y solo en él, yo encuentro el perdón a mis pecados, Señor Jesús lávame con tu sangre preciosa, cúbreme con tu sangre preciosa, perdona mis pecados, borra mis iniquidades, te abro la puerta de mi corazón te ruego que entres a morar en mí, y derrama sobre mí de tu Santo Espíritu, y escribe mi nombre en el libro de la vida del cordero, Cristo ahora yo también espero esa manifestación gloriosa de los hijos de Dios, en tu venida, en el nombre de Jesús. Amén, y amén.


Y esta es la vida eterna; que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado. Juan 17:3




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