Y
tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y
entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.
Muchas veces, pero muchas
veces nos hemos preguntado si estamos haciendo lo correcto. ¿Es esto
lo que Dios quería que hiciera? ¿Y si me equivoqué? La verdad no
quiero ofender a Dios. Dios me libre de
ofender al Espíritu Santo. ¿Pero porque no paso nada? Si yo declaré la palabra ¿Porqué no ocurrió el milagro? Nosotros creemos y hasta hemos pensado que Dios, es nuestro empleado y que está a vuestro servicio, esperando nuestra instrucción, haz esto, haz aquello, cuando somos nosotros quienes tenemos que hacer que las cosas sucedan.
ofender al Espíritu Santo. ¿Pero porque no paso nada? Si yo declaré la palabra ¿Porqué no ocurrió el milagro? Nosotros creemos y hasta hemos pensado que Dios, es nuestro empleado y que está a vuestro servicio, esperando nuestra instrucción, haz esto, haz aquello, cuando somos nosotros quienes tenemos que hacer que las cosas sucedan.
Cuando el pueblo de
Israel salió de Egipto: Dios hizo que el pueblo rodease por el
camino del desierto del mar rojo, no lo llevo por el camino de la
tierra de los filisteos, para que el pueblo no se arrepintiera cuando
viera la guerra, Dios es perfecto y hace las cosas perfectas, Dios
había pensando en todo, el pueblo de Israel que podía saber de
guerra, toda su vida fueron esclavos (cuatrocientos treinta años) Y
jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube y de
noche en una columna de fuego, para alumbrarles a fin de que
anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo
la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego: Y
fue dado aviso al rey de Egipto, que el pueblo huía; y el corazón
de Faraón y de sus siervos se volvió contra el pueblo, y dijeron:
¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, para que no nos
sirva. Y unció su carro y
tomó consigo su pueblo; y tomó seiscientos carros escogidos, y
todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos, (note
cuantos eran los ejércitos de Faraón) Y cuando Faraón se hubo
acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y aquí que los
egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron
en gran manera, y clamaron a Jehová. ENTONCES
JEHOVÁ DIJO A MOISES: ¿POR QUE CLAMAS A MÍ? DÍ A LOS HIJOS DE
ISRAEL QUE MARCHEN. Y TU ALZA TU VARA, Y EXTIENDE TU MANO SOBRE EL
MAR, Y DIVIDELO, Y ENTREN LOS HIJOS DE ISRAEL POR EN MEDIO DEL MAR,
EN SECO. Exodo 14:15-16
Y
moisés dijo al pueblo: No
temáis ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque
los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los
veréis. Y extendió
moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase
por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en
seco, y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel
entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro
a su derecha y a su izquierda. Y siguiéndolos los egipcios, entraron
tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón,
sus carros y su gente de a caballo. Aconteció a la vigilia de la
mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la
columna de fuego y nube, y transtornó el campamento de los egipcios.
Y quitó las ruedas de sus carros, y los transtornó gravemente.
Entonces los
egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea
por ellos contra los egipcios. Y
Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las
aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su
caballería. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y
cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios
al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios
en medio del mar. Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la
caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrando tras
ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. Exodo 14
¿Quieres
tú tener un Dios como el de los Hebreos? ¿Un Dios que pelea por ti
las batallas? ¿Un Dios que te dice no temás? Porque Yo estoy,
contigo. Nadie
te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con
Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Josué
1:5 jesús mismo
dijo: No se turbe
vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Juan 14:1
¿Quieres
aceptar a Cristo como tú Señor y Salvador? Repite la siguiente
oración:
Padre
Santo que moras en el cielo, en esta hora, yo acepto a Jesús como el
Señor y Salvador de mi vida, creo que tú proveíste todo para mí,
al enviar a tu hijo, a morir en la cruz del calvario por mi, y que
solo en la sangre de Jesús encuentro el perdón a mis pecados,
perdona todas mis iniquidades, borra mis rebeliones, dame de tu Santo
Espíritu y escribe mi nombre en el libro de la vida del Cordero.
Amén y amén.
Y
esta es la vida eterna; que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero y a Jesucristo a quien has enviado: Juan 17:3
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