Vanidad de vanidades,
dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. Yo el predicador fui
rey sobre Israel en Jerusalén, Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría
sobre todo lo que se hace debajo del
cielo; este penoso trabajo que dio Dios a los hijos de hombres, para que se ocupen en él. Eclesiatés 1:2,12-13
cielo; este penoso trabajo que dio Dios a los hijos de hombres, para que se ocupen en él. Eclesiatés 1:2,12-13
Estas palabras fueron
dichas por el hombre más sabio de todos los tiempos El rey Salomón. ¿Pero quién
fue el rey Salomón?; La Biblia lo describe como el hombre más sabio de la
Tierra: «un corazón tan sabio y entendido, que no ha habido antes de ti
otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú» (Primer Libro de
Reyes 3:12). Estas fueron las palabras en promesa que recibió Salomón de parte
de Dios.
La historia de Salomón se narra en el Primer Libro de los
Reyes, 1-11, y en el Segundo Libro de las Crónicas, 1-9.
Sucedió a su padre, David,
en el trono de Israel
hacia el año 970 a. C. (1Reyes
6:1). Su padre lo eligió como sucesor a instancias de Betsabé y Natán, aunque
tenía hijos de más edad habidos con otras mujeres. Fue elevado al trono antes
de la muerte de su padre, ya que su hermanastro Adonías se
había proclamado rey.
En la Biblia dice:
“Yahvé se apareció á Salomón… y le dijo: Pide lo que quisieres que yo te dé. Y
Salomón dijo:… Da pues á tu siervo un corazón dócil para juzgar á tu pueblo,
para discernir entre lo bueno y lo malo [para poder gobernar....]"
(1 Reyes 3:5,9).
Cabe estacar que dicha
sabiduría estaba basada en seguir los mandamientos" [estatutos]: de
Dios "Salomón amó a Yahvé, andando en los estatutos de su
padre David" (1 Reyes 3:3). Él tenía muy claro que "La Ley de
Yahvé… hace sabio al ingenuo" (Salmo 19:7).
“Y se sentó
Salomón por rey en el trono de Yahvé en lugar de David su padre, y fue
prosperado; y le obedeció todo Israel.” (1ª Cró 29:23).
Salomón mismo nos dice: Hablé yo en mi corazón, diciendo; He aquí yo me he
engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí
en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia. Dije yo en
mi corazón: Ven ahora te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí
esto también era vanidad. A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué
sirve esto? Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese
mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el
bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos
los días de su vida. Engrandecí mis obras, edifique para mí casas, planté para
mi viñas; me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto.
Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los
árboles. Compre siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve
posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mi
en Jerusalén. Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y
de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de
los hombres, y de toda clase de instrumentos de música. Y fui engrandecido y
aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto
conservé conmigo mi sabiduría. Miré yo luego todas las obras que habían hecho
mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y
aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol. Después volví yo a mirar
para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el
hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho. Y he
visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas. Te
aconsejo que guardes el mandamiento del rey y la palabra del juramento de Dios.
No te apresures a irte de su presencia, ni en cosa mala persistas; porque él
hará todo lo que quiere. Con que limpiará el joven su camino, con guardar la
palabra de Dios. El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el
corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio.
Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo
esto; que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; que
sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; todo está delante de ellos.
Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso
acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está
lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto
se van a los muertos. Aun hay esperanza para todo aquel que está entre los
vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. Porque los que viven saben
que van a morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su
memoria es puesta en olvido. Porque la paga del pecado
es la muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro. Romanos 6:23
Alégrate, joven, en tu juventud, y tome
placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu
corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te
juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal;
porque la adolescencia y la juventud son vanidad. Eclesiastés 11:9-10 Salomón no es un pesimista monótono. Nos
alienta para que nos regocijemos todos los días pero que recordemos que la
eternidad es mucho más larga que la expectativa de vida de una persona. El Salmo_90:12 dice:
"Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón
sabiduría". La persona sabia no sólo piensa en el impacto del
momento, echa un vistazo a largo plazo hacia la eternidad. Dé a sus decisiones
un enfoque desde una perspectiva de Dios. Considere el impacto que tendrán
dentro de diez años y para siempre. Viva con la actitud de que si bien la vida
es corta, viviremos con Dios para siempre.
A menudo escuchamos a la gente decir:
"No importa". Pero muchas de nuestras decisiones son irreversibles:
permanecerán con uno el resto de la vida. Lo que uno hace cuando es joven sí
importa. Disfrute de la vida ahora, pero no haga nada físico, moral o
espiritual que pueda impedirle disfrutar de la vida cuando sea viejo.
Una vida sin Dios produce una persona vieja
amargada, solitaria y sin esperanza. Una vida centrada en Dios es plena, hace
que los "años malos" -cuando las incapacidades, las enfermedades y
los impedimentos pueden ser barreras que nos impiden disfrutar de la vida
permite que nos satisfagan debido a la esperanza de la vida eterna. Ser joven
es emocionante. Pero la emoción de la juventud puede convertirse en un
obstáculo para acercarse a Dios si hace que la gente joven centre su atención
en los placeres pasajeros en lugar de en los valores eternos. Ponga sus
capacidades al servicio de Dios cuando todavía sean suyas: durante la juventud.
No las desperdicie en actividades malas o sin significado que pueden volverse
malos hábitos y hacerlo insensible. Busque a Dios ahora. Porque la adolescencia y la juventud son
vanidad.
Acuérdate de tu
Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen
los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; 12:1
¿Quieres buscar a Dios ahora? Este es el mejor momento. Pues
escrito está: La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los
que se salvan, esto es a nosotros Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios.
Repite esta oración conmigo:
Señor Jesús en esta hora yo quiero entregarte mi vida, te
entrego mi corazón y al igual que el rey Salomón oro pidiéndote corazón
entendido para discernir entre lo bueno y lo malo, hoy te recibo como mi Señor
y Salvador, antes que lleguen los días malos y los años en que no halle
contentamiento. Por eso acudo a ti pidiéndote que perdones todas mis
iniquidades y todos mis pecados, que me limpies con tu sangre preciosa, hoy me
cubro con la sangre de Cristo y que mi vida este escondida en ti. Padre Santo
en el nombre de Jesús te pido que escribas mi nombre en el libro de la vida y
que me des tu Santo Espíritu, para que me enseñe y me recuerde tus palabras
siempre, en el nombre de Jesús, amén y amén.
Y ESTA ES LA VIDA ETERNA, QUE TE CONOZCAN ATI, EL UNICO
DIOS VERDADERO, Y A JESUCRISTO, A QUIEN HAS ENVIADO. Juan 17:3
No hay comentarios:
Publicar un comentario