A
menudo la gente lucha con nuevos retos debido a su desconfianza. Sienten que no
tienen la habilidad, capacidad ni experiencia adecuadas. Jeremías pensó que era
solo "un niño", demasiado joven e inexperto para ser el
vocero de Dios para el mundo. Sin embargo, Dios le había dicho a Jeremías; No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envié irás tú, y dirás todo lo que te mande. Jeremías 1:7
vocero de Dios para el mundo. Sin embargo, Dios le había dicho a Jeremías; No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envié irás tú, y dirás todo lo que te mande. Jeremías 1:7
Dios
le prometió estar con él. Nunca debemos permitir que nuestros sentimientos de
insuficiencia nos impidan obedecer el llamado de Dios. Siempre estará
con nosotros. Cuando se vea tratando de evadir algo que sabe debe hacer,
asegúrese de no utilizar la falta de autoestima como una excusa. Si Dios le da
un trabajo que realizar, El va a suplir todas sus necesidades para que lo haga.
No temas delante de ellos, porque contigo estoy para
librarte, dice Jehová. Jeremías 1:8
Dios prometió librar a Jeremías durante los problemas, no evitar que estos
vinieran. Dios no lo eximió de prisiones, deportación ni insultos. Dios no
evita que nos enfrentemos a las tormentas de la vida, pero El nos ayudará. Es
más, camina por estas tormentas con nosotros y nos libra.
Dios
designó a Jeremías para que llevara su Palabra a naciones y reinos. El trabajo
era advertirle no solo a los judíos, sino a todas las naciones del mundo acerca
del juicio de Dios sobre el pecado. Al leer el Antiguo Testamento, no olvide
que si bien Dios trabajaba constantemente a través del pueblo de Judá e Israel,
su plan era comunicarse con cada nación y persona. Estamos incluidos en el
mensaje de juicio y esperanza de Jeremías y, como creyentes, debemos tener el
mismo deseo de Dios de alcanzar al mundo entero para El. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre
reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para
edificar y para plantar. Jeremías 1:10
La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije:
Veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro
mi palabra para ponerla por obra. Vino a
mí la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Veo una
olla que hierve; y su faz está hacia el norte. Me dijo Jehová: Del norte se
soltará el mal sobre todos los moradores de esta tierra: Jeremías 1:11-14
La visión de la vara de almendro revela el comienzo del juicio de Dios, ya que
el almendro es de los primeros en florecer en la primavera. Dios vio el pecado
de Judá y de las naciones, y llevaría a cabo un juicio rápido y certero. La
olla que hierve, derramándose sobre Judá representaba a Babilonia entregando el
juicio ardiente de Dios, en contra del pueblo de Jeremías.
Y a causa de toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me
dejaron, e incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron.
Jeremías 1:16 El pueblo de Judá pecó en gran manera al continuar
quemando incienso a los ídolos y adorándolos. Dios les advirtió en específico
en contra de esto, cuando les dio los diez mandamientos y este es uno de ellos:
(No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te
harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo
en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni
las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la
maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de
los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y
guardan mis mandamientos. Exodo 20:3-6) Los israelitas habían
salido de Egipto, una tierra de muchos ídolos y muchos dioses. Como cada dios
representaba un aspecto diferente de la vida de una persona, era común que
adoraran muchos dioses para poder recibir el mayor número de bendiciones.
Cuando Dios le dijo a su pueblo que lo adorara y le creyera, no fue tan difícil
para ellos, El era sólo un dios más para añadir a la lista. Pero cuando dijo:
"No tendrás dioses ajenos delante de mí", fue difícil de aceptar para
el pueblo. Pero si no aprendieron que el Dios que los sacó de Egipto era el
único Dios verdadero, no podrían ser su pueblo; sin importar cuán fielmente
mantuvieran los otros nueve mandamientos. Así, Dios hizo de este su primer
mandamiento y lo enfatizó más que ningún otro. Actualmente podemos permitir que
muchas cosas se conviertan en dioses para nosotros. El dinero, la fama, el
trabajo o el placer pueden convertirse en dioses cuando nos concentramos
demasiado en ellos para buscar identidad, seguridad y significado. Nadie
comienza con la intención de adorar esas cosas, pero al pasar el tiempo llegan
a ocupar nuestras vidas, pueden llegar a convertirse en dioses que al final
controlarán nuestros pensamientos y nuestras energías. Permitir que Dios tenga
el lugar central en nuestra vida evita que esas cosas se conviertan en dioses. El
idólatra confía en la creación y no en el Creador. Aunque este pueblo
pertenecía a Dios, optó por seguir dioses falsos. Y por eso fueron castigados,
Dios mismo nos dice en su palabra que él no tendrá por inocente al culpable. Pues:
Profesando se sabios, se hicieron necios. Y cambiaron
la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible,
de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Ya que cambiaron la verdad de Dios por
la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador. El cual
es bendito por los siglos. Amén. Romanos 1:22-23,25
Los
problemas que enfrentamos quizás no sean tan duros como los de Jeremías, ¡pero
son demasiado críticos para nosotros y pueden abrumarnos! La promesa de Dios a
Jeremías y a nosotros es que nada nos podrá derrotar por completo. El nos
ayudará a atravesar los problemas más angustiosos. Enfréntelos cada día con la
seguridad de que Dios estará con usted y lo ayudará.
Ahora,
si usted no conoce al Dios de la Biblia, le invito en esta hora a que lo
conozca, ábrale su corazón, pídale que venga a morar en usted, pídale la paz
que usted tanto necesita, él le dará la seguridad y la vida eterna, por eso
envió a su hijo al mundo, para salvar al mundo y no para condenar al mundo.
¿Quieres venir a Cristo? Hoy es el día de la salvación y recuerda al igual que
a Jeremías Dios te dice; Contigo estoy yo para librarte. Recuerde que todos Estamos incluidos en el mensaje de juicio y esperanza de Jeremías y, como creyentes, debemos tener el mismo deseo de Dios de alcanzar al mundo entero para El. Te ruego que le
entregues tu vida a Cristo, repitiendo esta oración conmigo:
Señor
Jesús, en esta hora yo te entrego mi vida, renuncio a la vida de pecado y a
toda idolatría que había en mi corazón, en esta hora yo declaro que solo tú,
eres el único Dios verdadero, y que tú moriste por mí en la cruz del calvario,
y que derramaste tu sangre para darme salvación y vida eterna, salvación y vida
eterna que yo acepto en esta hora, te pido que entres a morar en mi corazón, lava
mis pecados con tu sangre preciosa, quita toda iniquidad, y escribe mi nombre
en el libro de la vida. Padre santo te doy gracias por tu inmenso amor, y por
Jesucristo mi Señor y Salvador, te pido que me des tu Santo Espíritu, y que me
ayudes a crecer siempre creyendo en ti y solamente en ti, en el nombre de Jesús
amén, y amén.
Y
ESTA ES LA VIDA ETERNA; QUE TE CONOZCAN ATI, EL UNICO DIOS VERDADERO, Y A
JESUCRISTO, A QUIEN HAS ENVIADO. Juan 17:3
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