jueves, 15 de marzo de 2012

F E Hebreos 11


La fe siempre ha sido la marca de los siervos de Dios desde el comienzo del mundo. Donde el Espíritu regenerador de Dios implanta el principio, hará que se reciba la verdad acerca de la justificación por medio de los sufrimientos y los méritos de Cristo. Las mismas cosas que son el objeto de
nuestra esperanza son el objeto de nuestra fe. Es una firme persuasión y expectativa de que Dios cumplirá todo lo que nos ha prometido en Cristo. Este convencimiento da al alma el goce de esas cosas ahora; les da una subsistencia o realidad en el alma por las primicias y anticipo de ellas. La fe demuestra a la mente la realidad de las cosas que no se pueden ver con los ojos del cuerpo. Es la plena demostración de todo lo revelado por Dios como santo, justo y bueno. Este enfoque de la fe se explica mediante el ejemplo de muchas personas de tiempos pasados que obtuvieron buen testimonio o un carácter honorable en la palabra de Dios. La fe fue el principio de su santa obediencia, sus servicios notables y sufrimientos pacientes.
La Biblia da el relato más veraz y exacto de todas las cosas y tenemos que creerlos sin discutir el relato de la creación que dan las Escrituras, porque no corresponda con las fantasías divergentes de los hombres. Todo lo que vemos de las obras de la creación fueron llevadas a cabo por orden de Dios.

Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:8-9 

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios. de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque le traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase, y por esa fe condeno al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, siendo llamado obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamento, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por la fe también la misma Sara, siendo esteríl, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar. Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria. Pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. LA JERUSALEM CELESTIAL.

¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espadas, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extanjeros.  Otros experimentaron vituperios y azotes, y a mas de estos prisiones y cárceles, Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuesto tan grande nubes de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores, contra si mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habeís resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habeís ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?. pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces soís bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerabamos. ¿Por que no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? El dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, y por la fe en su nombre Dios ha cumplido así lo que había anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer, Así que arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigero. Hechos 3:19  Esta es la palabra de fe que predicamos que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:8-9  

Así que cerca está de tí la palabra en tu boca y en tu corazón. no lo dudes más y ven a Cristo. solo en él encontrarás la paz que tu alma necesita y solo en Cristo hallarás la vida eterna, ven a él.

¿Quieres venir a Cristo? has esta oración.

Señor Dios y Padre de los espíritus, en esta hora yo he oído tu voz y he creído que la palabra está cerca de mi, en mi corazón, así que yo decido en esta hora obedecerte a ti y a tu santa palabra, creo en Jesucristo tu Hijo amado, creo que tú lo enviaste a morir en la cruz por mí, Yo te recibo Cristo como mi Señor y Salvador, hoy me arrepiento de todos mis pecados, perdona mi desobediencia, borra toda mi maldad, quita toda iniquidad de mi vida, hoy me despojo de todo peso de pecado que me asedia y me declaro libre por la sangre de Cristo, me declaro una nueva criatura en Cristo Jesús, Padre pon en mi tu Santo Espíritu y escribe mi nombre en el libro de la vida del cordero de Dios, y que tú Santo Espíritu me enseñe y me guié a toda verdad y a toda justicia, en el nombre de Jesús amén y amén.


Y ESTA ES LA VIDA ETERNA; QUE TE CONOZCAN ATI, EL UNICO DIOS VERDADERO, Y A JESUCRISTO, A QUIEN HAS ENVIADO. Juan 17:3


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