miércoles, 6 de marzo de 2013

CARÁCTER CON ALGUNAS MANCHAS


Dos estudiantes caminaban cierto día por una calle de la Ciudad.  De pronto uno de ellos se detuvo frente a una casa de empeños, y señalando un traje con anuncios que decían, "Con algunas manchas, gran reducción del precio", exclamó: "¡Que texto más espléndido para un
sermón para los jóvenes!". Y añadió:  "Nosotros los jóvenes nos manchamos, quizás muy poco, viendo una representación vulgar en el teatro, o leyendo un libro inconveniente, o permitiendo pensamientos deshonestos o desordenados, y eso no es todo aun participamos de ellos. Y así nos manchamos, y cuando llegamos a hombres y se nos valora, quedamos "reducidos en el precio", nuestro atractivo, nuestra fortaleza, habrá desaparecido. La consagración de la juventud se habrá esfumado. Y pasamos a formar parte inseparable de los "rezagos" o sobrantes que llevan esta marca: "Con algunas manchas: reducidas de precio." Así es como nuestras vidas se van desgastando y deteriorando cada día más, por eso el Señor no aconseja en su palabra: “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” 1 Corintios 15:33 pero antes analicemos que es corromper?  Corromper es: pervertir, extraviar, enviciar, dañar algo que es bueno, sano, recto y verdadero. Y donde se puede ver manifiesta esta corrupción?  En el corazón del hombre, la Biblia dice que: vio Dios que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Génesis 6:5 podemos darnos cuenta entonces que nuestra carácter y nuestras actitudes demuestran lo que realmente somos en nuestro interior, pues caminamos y hacemos a nuestro antojo lo que se nos viene a la mente así procedemos. El Señor Jesús en el sermón del monte dijo: Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8 Podemos preguntarnos entonces, ¿Qué es lo que quiere Dios de nosotros? O mejor dicho ¿De qué manera puedo agradar a Dios? El Apóstol Pablo nos da la respuesta en Efesios 4:17-32 Esto, pues, digo y requiero en el Señor; que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; Los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga que compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándonos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. 

Así que, si alguno se limpia de estas cosas será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 2 Timoteo 2:21-22 

JESUS LES DIJO: Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Juan 15:14

Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado. Juan 17: 

Dios te bendiga…

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