martes, 17 de abril de 2012

LA ASCENCION

 
En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presento vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el
Espíritu Santo dentro de no muchos días. Hechos 1:1-5
El libro de Hechos continúa la historia que Lucas empezó en su Evangelio; abarcando los treinta años posteriores a la ascensión de Jesús. En este corto período, la iglesia se estableció y el evangelio de salvación se llevó por el mundo, inclusive a la capital del Imperio Romano. Los predicadores, gente común con debilidades y limitaciones, fueron revestidos de poder por el Espíritu Santo para difundir las buenas noticias al "mundo entero". Por Hechos aprendemos sobre la naturaleza de la Iglesia y también a cómo revertir el mundo.  Los versículos 1 al 11 son el nexo entre los hechos narrados en los Evangelios y los que marcan el comienzo de la iglesia primitiva. Jesús pasó cuarenta días enseñando a sus discípulos, los que experimentaron un cambio total. Antes de esto discutieron unos con otros, abandonaron a su Señor y uno de ellos (Pedro) incluso negó que le conocía.  Después de una serie de reuniones con el Cristo resucitado, los discípulos hallaron la respuesta a muchas de sus preguntas; llegaron a convencerse en relación con la resurrección, aprendieron del Reino de Dios y la fuente de su poder: el Espíritu Santo. A través de la lectura de la Biblia podemos sentarnos junto al Cristo resucitado en su escuela de discipulado. Creyendo en El recibimos el poder del Espíritu Santo y nos convertimos en personas renovadas. Al reunirnos con otros cristianos en su Iglesia podemos tomar parte en su obra aquí en la tierra.
Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día, y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. Lucas 24:45-49
Lucas dice que los discípulos fueron testigos presenciales de todo lo sucedido a Jesucristo, su vida antes de la crucifixión y los cuarenta días posteriores donde les enseñó más acerca del Reino de Dios. Todavía en la actualidad hay personas que dudan de la resurrección de Jesús. Pero El se apareció a sus discípulos en muchas ocasiones luego de su resurrección, probando que estaba vivo. Note el cambio que la resurrección hizo en la vida de los discípulos. Durante el momento de su muerte estaban temerosos, desilusionados e incluso temían por sus vidas. Luego de la resurrección dejaron de temer y arriesgaron todo por esparcir alrededor del mundo las buenas noticias acerca de  El. Enfrentaron prisiones, castigo físico, rechazo y martirio, pero nunca comprometieron su misión. Estos hombres no hubieran arriesgado su vida por algo que fuera un fraude. Sabían que Jesús resucitó de la muerte y la iglesia primitiva se encendió con su entusiasmo para proclamar la noticia a otros. Es importante saber que podemos confiar en su testimonio. Veinte siglos después, todavía podemos tener la certeza de que nuestra fe se basa en hechos.
Entonces los que se habián reunido le preguntaron diciendo; Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le oculto de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas. Los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿Por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. Hechos 1:6-11
Durante los años de ministerio de Jesús sobre la tierra, los discípulos se preguntaban continuamente sobre su Reino. ¿Cuándo vendrá? ¿Cuál sería su papel? Desde el punto de vista tradicional, el Mesías sería un conquistador terrenal, que libraría a Israel de Roma. Pero el reino al que se refería Jesús era uno espiritual, establecido en los corazones y vidas de los creyentes. La presencia y el poder de Dios permanecen en los creyentes en la persona del Espíritu Santo.
 Como otros judíos, los discípulos vivían disgustados al verse sometidos al Imperio Romano. Querían que Jesús liberara a Israel del poder romano y que luego llegara a ser Rey. Jesús explicó que Dios el Padre establece el tiempo en que deben ocurrir los hechos a nivel personal, nacional o mundial. Si usted quiere cambios y ve que Dios no los hace de inmediato, no se impaciente. Confíe en el tiempo de Dios.
 El poder del Espíritu Santo no lo limita la energía ordinaria, involucra valor, entrega, confianza, conocimiento, habilidad y autoridad. Los discípulos necesitarían de todo esto para cumplir con su misión. Si usted cree en Jesucristo, puede experimentar el poder del Espíritu Santo en su vida.
 Jesucristo prometió a los apóstoles que recibirían el poder para ser testigos después que recibieran el Espíritu Santo. Note el proceso: (1) recibieron el Espíritu Santo; (2) les dio poder; y (3) fueron testigos con resultados extraordinarios. Nosotros a menudo tratamos de invertir el orden y testificamos dependiendo de nuestro propio poder y autoridad. Testificar no es mostrar lo que podemos hacer por Dios, sino mostrar y decir lo que Dios ha hecho por nosotros.
 Jesús instruyó a sus discípulos para que fueran testigos a las personas de todas las naciones acerca de  El. Pero se les dijo que debían esperar antes la venida del Espíritu Santo. Dios tiene una labor importante que quiere que usted haga en su nombre, pero debe desarrollarla por el poder del Espíritu Santo. A menudo nos gusta cumplir con la tarea, aunque esto signifique ir delante de Dios. Pero algunas veces la espera es parte del plan de Dios. ¿Está esperando y escuchando las instrucciones completas de Dios o se antepone a sus planes? Necesitamos el tiempo y el poder de Dios para ser en verdad eficaces.
 Fue importante para los discípulos ver ascender a Jesús. Luego no tendrían ninguna duda de que El era Dios y que su morada está en el cielo.
 Luego de su resurrección, después de estar cuarenta días con sus discípulos, Jesús ascendió al cielo. Dos ángeles anunciaron a los discípulos que un día Jesús volvería de la misma forma en que se fue: corporal y visiblemente. La historia no es casual ni cíclica, está en movimiento hacia un punto específico: la venida de Jesús para juzgar y ejercer autoridad sobre la tierra. Nosotros debemos estar listos para esta venida sorpresiva, no parados "contemplando los cielos", sino trabajando con ardor en difundir el evangelio de manera que otros sean capaces de recibir las grandes bendiciones de Dios.

Es por eso que en esta hora, te invito a que vengas a Cristo, que lo aceptes como tu Señor y Salvador, he sido enviado a predicarte en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados, ven Jesús te está esperando el quiere perdonarte, él quiere abrazarte y decirte que te ama, que tú no estás solo que cuentas con él, y que él quiere darte la vida eterna, tú no tienes nada que pagar. Cristo ya pago el precio en la cruz del calvario, ven a Cristo, si deseas hacerlo repite esta oración conmigo:

SEÑOR JESUS EN ESTA HORA YO TE ACEPTO COMO MI SEÑOR Y SALVADOR, CREO QUE TU MORISTE EN LA CRUZ DEL CALVARIO POR MI, QUE DERRAMASTE TU SANGRE EN LA CRUZ, PARA DARME SALVACION Y VIDA ETERNA, HOY YO ME ARREPIENTO DE LA VIDA DE PECADO QUE HE LLEVADO Y ME RINDO A TI, TE RECIBO Y TE ABRO LA PUERTA DE MI CORAZON. ME CUBRO CON TU SANGRE PRECIOSA. SEÑOR JESUS QUIERO SER LIMPIO, LIMPIAME DE TODA MI MALDAD, QUITA TODO PECADO DE MI ALMA, BORRA TODA INIQUIDAD, Y ESCRIBE MI NOMBRE EN EL LIBRO DE LA VIDA, PADRE SANTO TE DOY GRACIAS POR JESUCRISTO, PORQUE EN EL TENGO LA SALVACION DE MI ALMA, PADRE DAME DE TU ESPIRITU SANTO, Y GUIAME POR CAMINO RECTO, DAME CONFIANZA Y VALOR PARA SEGUIR ADELANTE EN MI CAMINAR CONTIGO, EN EL NOMBRE DE CRISTO JESUS, AMEN Y AMEN.


Y ESTA ES LA VIDA ETERNA; QUE TE CONOZCAN ATI, EL UNICO DIOS VERDADERO, Y A JESUCRISTO, A QUIEN HAS ENVIADO. Juan 17:3

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