En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las
cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido
arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los
apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se
presento vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante
cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les
mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre,
la cual, les dijo oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas
vosotros seréis bautizados con el
Espíritu Santo dentro de no muchos días. Hechos 1:1-5
Espíritu Santo dentro de no muchos días. Hechos 1:1-5
El libro de Hechos continúa la historia que
Lucas empezó en su Evangelio; abarcando los treinta años posteriores a la
ascensión de Jesús. En este corto período, la iglesia se estableció y el
evangelio de salvación se llevó por el mundo, inclusive a la capital del
Imperio Romano. Los predicadores, gente común con debilidades y limitaciones,
fueron revestidos de poder por el Espíritu Santo para difundir las buenas
noticias al "mundo entero". Por Hechos aprendemos sobre la naturaleza
de la Iglesia y también a cómo revertir el mundo. Los versículos 1 al 11 son el nexo entre los
hechos narrados en los Evangelios y los que marcan el comienzo de la iglesia
primitiva. Jesús pasó cuarenta días enseñando a sus discípulos, los que
experimentaron un cambio total. Antes de esto discutieron unos con otros,
abandonaron a su Señor y uno de ellos (Pedro) incluso negó que le conocía. Después de una serie de reuniones con el
Cristo resucitado, los discípulos hallaron la respuesta a muchas de sus
preguntas; llegaron a convencerse en relación con la resurrección, aprendieron
del Reino de Dios y la fuente de su poder: el Espíritu Santo. A través de la
lectura de la Biblia podemos sentarnos junto al Cristo resucitado en su escuela
de discipulado. Creyendo en El recibimos el poder del Espíritu Santo y nos
convertimos en personas renovadas. Al reunirnos con otros cristianos en su
Iglesia podemos tomar parte en su obra aquí en la tierra.
Entonces les abrió el
entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está
escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los
muertos al tercer día, y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el
perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros
sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre
vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis
investidos de poder desde lo alto. Lucas 24:45-49
Lucas dice que los discípulos fueron
testigos presenciales de todo lo sucedido a Jesucristo, su vida antes de la
crucifixión y los cuarenta días posteriores donde les enseñó más acerca del
Reino de Dios. Todavía en la actualidad hay personas que dudan de la
resurrección de Jesús. Pero El se apareció a sus discípulos en muchas ocasiones
luego de su resurrección, probando que estaba vivo. Note el cambio que la
resurrección hizo en la vida de los discípulos. Durante el momento de su muerte
estaban temerosos, desilusionados e incluso temían por sus vidas. Luego de la
resurrección dejaron de temer y arriesgaron todo por esparcir alrededor del
mundo las buenas noticias acerca de El.
Enfrentaron prisiones, castigo físico, rechazo y martirio, pero nunca
comprometieron su misión. Estos hombres no hubieran arriesgado su vida por algo
que fuera un fraude. Sabían que Jesús resucitó de la muerte y la iglesia
primitiva se encendió con su entusiasmo para proclamar la noticia a otros. Es
importante saber que podemos confiar en su testimonio. Veinte siglos después,
todavía podemos tener la certeza de que nuestra fe se basa en hechos.
Entonces los que se habián
reunido le preguntaron diciendo; Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este
tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que
el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido
sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas
cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le oculto de sus
ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se
iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas. Los cuales
también les dijeron: Varones galileos, ¿Por qué estáis mirando al cielo? Este
mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis
visto ir al cielo. Hechos 1:6-11
Durante los años de ministerio de Jesús
sobre la tierra, los discípulos se preguntaban continuamente sobre su Reino.
¿Cuándo vendrá? ¿Cuál sería su papel? Desde el punto de vista tradicional, el
Mesías sería un conquistador terrenal, que libraría a Israel de Roma. Pero el
reino al que se refería Jesús era uno espiritual, establecido en los
corazones y vidas de los creyentes. La presencia y el poder de Dios permanecen
en los creyentes en la persona del Espíritu Santo.
Como
otros judíos, los discípulos vivían disgustados al verse sometidos al Imperio
Romano. Querían que Jesús liberara a Israel del poder romano y que luego
llegara a ser Rey. Jesús explicó que Dios el Padre establece el tiempo en que
deben ocurrir los hechos a nivel personal, nacional o mundial. Si usted quiere
cambios y ve que Dios no los hace de inmediato, no se impaciente. Confíe en el
tiempo de Dios.
El
poder del Espíritu Santo no lo limita la energía ordinaria, involucra valor,
entrega, confianza, conocimiento, habilidad y autoridad. Los discípulos
necesitarían de todo esto para cumplir con su misión. Si usted cree en
Jesucristo, puede experimentar el poder del Espíritu Santo en su vida.
Jesucristo prometió a los apóstoles que
recibirían el poder para ser testigos después que recibieran el Espíritu Santo.
Note el proceso: (1) recibieron el Espíritu Santo; (2) les dio poder; y (3)
fueron testigos con resultados extraordinarios. Nosotros a menudo tratamos de
invertir el orden y testificamos dependiendo de nuestro propio poder y
autoridad. Testificar no es mostrar lo que podemos hacer por Dios, sino mostrar
y decir lo que Dios ha hecho por nosotros.
Jesús instruyó a sus discípulos para que
fueran testigos a las personas de todas las naciones acerca de El. Pero se les dijo que debían esperar antes
la venida del Espíritu Santo. Dios tiene una labor importante que quiere que
usted haga en su nombre, pero debe desarrollarla por el poder del Espíritu
Santo. A menudo nos gusta cumplir con la tarea, aunque esto signifique ir
delante de Dios. Pero algunas veces la espera es parte del plan de Dios. ¿Está
esperando y escuchando las instrucciones completas de Dios o se antepone a sus
planes? Necesitamos el tiempo y el poder de Dios para ser en verdad eficaces.
Fue
importante para los discípulos ver ascender a Jesús. Luego no tendrían ninguna
duda de que El era Dios y que su morada está en el cielo.
Luego de su resurrección, después de estar
cuarenta días con sus discípulos, Jesús ascendió al cielo. Dos ángeles
anunciaron a los discípulos que un día Jesús volvería de la misma forma en que
se fue: corporal y visiblemente. La historia no es casual ni cíclica, está en
movimiento hacia un punto específico: la venida de Jesús para juzgar y ejercer
autoridad sobre la tierra. Nosotros debemos estar listos para esta venida sorpresiva,
no parados "contemplando los cielos", sino trabajando con ardor en
difundir el evangelio de manera que otros sean capaces de recibir las grandes
bendiciones de Dios.
Es por eso que en esta hora, te
invito a que vengas a Cristo, que lo aceptes como tu Señor y Salvador, he sido
enviado a predicarte en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados,
ven Jesús te está esperando el quiere perdonarte, él quiere abrazarte y decirte
que te ama, que tú no estás solo que cuentas con él, y que él quiere darte la
vida eterna, tú no tienes nada que pagar. Cristo ya pago el precio en la cruz
del calvario, ven a Cristo, si deseas hacerlo repite esta oración conmigo:
SEÑOR JESUS EN ESTA HORA YO
TE ACEPTO COMO MI SEÑOR Y SALVADOR, CREO QUE TU MORISTE EN LA CRUZ DEL CALVARIO
POR MI, QUE DERRAMASTE TU SANGRE EN LA CRUZ, PARA DARME SALVACION Y VIDA
ETERNA, HOY YO ME ARREPIENTO DE LA VIDA DE PECADO QUE HE LLEVADO Y ME RINDO A
TI, TE RECIBO Y TE ABRO LA PUERTA DE MI CORAZON. ME CUBRO CON TU SANGRE
PRECIOSA. SEÑOR JESUS QUIERO SER LIMPIO, LIMPIAME DE TODA MI MALDAD, QUITA TODO
PECADO DE MI ALMA, BORRA TODA INIQUIDAD, Y ESCRIBE MI NOMBRE EN EL LIBRO DE LA
VIDA, PADRE SANTO TE DOY GRACIAS POR JESUCRISTO, PORQUE EN EL TENGO LA
SALVACION DE MI ALMA, PADRE DAME DE TU ESPIRITU SANTO, Y GUIAME POR CAMINO
RECTO, DAME CONFIANZA Y VALOR PARA SEGUIR ADELANTE EN MI CAMINAR CONTIGO, EN EL
NOMBRE DE CRISTO JESUS, AMEN Y AMEN.
Y ESTA ES LA VIDA ETERNA; QUE TE CONOZCAN
ATI, EL UNICO DIOS VERDADERO, Y A JESUCRISTO, A QUIEN HAS ENVIADO. Juan 17:3
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