miércoles, 11 de abril de 2012

BIENAVENTURADOS LOS QUE NO VIERON, Y CREYERON


Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis
manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto les mostró las manos y los pies. Lucas 24:36-40 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envió. Juan 20:21 Jesús vuelve a aparecer a los discípulos.  En esta sección hay un rápido vuelco de la emoción temerosa  al gozo.  La razón fue la declaración de paz del Señor resucitado. Las palabras ¡paz a vosotros! tienen la forma de un saludo común, pero en los labios de Jesús implicaban el otorgamiento de su propia paz a los discípulos como había prometido previamente.  Es significativo que haya mostrado las manos y el costado a los discípulos porque así ellos no podrían tener dudas sobre la identidad de Jesús. Aun su cuerpo levantado llevaba tales pruebas. La repetición del don de la paz aumenta el énfasis de su importancia, especialmente como ella se ligaba con una comisión específica. La implicación de estas palabras es que el enviar tenía el propósito de cumplir nada menos que la comisión que Jesús había recibido del Padre.
Pero Tomás, uno de los doce llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo; si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado. No creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llego Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron: Juan 20:24-29 Jesús se aparece a Tomás. Quien Quería una evidencia física que le convenciera de que Jesús el Cristo había resucitado realmente, y que era el mismo Jesús que él había conocido. Ocho días después era la forma gr. de expresar una semana lo que nos lleva al domingo después del de la resurrección.  Las puertas cerradas mostraban el continuo temor de los discípulos y la segunda declaración de paz de Jesús nuevamente se ve como un antídoto.
 El Señor resucitado estaba mostrando simpatía hacia la incertidumbre de Tomás, pero no hay indicación alguna de que haya tocado realmente las heridas. La confesión: ¡Señor mío y Dios mío!  Es notable por su comprensión plena de los acontecimientos. Sin embargo, la debilidad de la confesión de Tomás se ve en que dependía de la vista. Jesús tuvo que hacer aquí una corrección mencionando la mayor bendición de aquellos que habían creído sin ver, bendición que se aplica a todos los que han creído a este evangelio. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones. Pues cuando él (Jesús) recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi hijo amado, en el cual tengo complacencia. 2Pedro 1:19,17 Es por eso que nuestra fe, nos ayuda a creer en Cristo, toda vez que tenemos evidencia segura (la Escritura, el testimonio de la iglesia a través de las edades, nuestras experiencias) pero no en el hecho de ver realmente a Jesús. A Jesús lo vemos, a travez de los ojos de nuestra fe, y por el oír de Jesús, es que lo recibimos como nuestro Señor y Salvador.

Algunas personas piensan que creerían en Jesús si vieran un milagro o una señal categórica.  Pero Jesús dice que son dichosos los que creen sin ver. Tenemos todas las pruebas que necesitamos en las palabras de la Biblia y en el testimonio de los creyentes. Una aparición física no haría a Jesús más real de lo que ahora es.

Para comprender la vida y misión de Jesús con mayor amplitud, todo lo que tenemos que hacer es estudiar los Evangelios. Juan nos dice que en su Evangelio hay solo algunas de las muchas señales que hizo Jesús en la tierra. Pero lo que está escrito es todo lo que nos hace falta saber para creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, por medio del cual recibimos vida eterna.

¿Tú crees? Yo se que crees, pero no basta con creer solamente, tienes que dar el paso de fe y aceptarlo como tú Señor y Salvador. Es por eso que en esta hora te invito que vengas a Cristo y le entregues tu vida, él te ofrece vida eterna. ¿Quieres hacerlo? Repite esta oración.

Padre Santo que estas en los cielos, en esta hora, yo creo todo esto, que dice tu palabra y también creo que Jesús es el Señor y que solo en él encuentro la vida eterna, es por eso que en esta hora yo acepto a Cristo como mi Señor y Salvador, Señor Jesús te entrego mi vida, te abro la puerta de mi corazón, para que entres a morar en el, lávame con tu sangre preciosa, cúbreme con tu preciosa sangre, perdona todos mis pecados y dame el don de tu Espíritu Santo, y escribe mi nombre en el libro de la vida del cordero, Padre te doy gracias por esta salvación tan grande que tú has provisto para mi, en el nombre de Jesús, amén y amén.


Y ESTA ES LA VIDA ETERNA; QUE TE CONOZCAN A TI, EL UNICO DIOS VERDADERO, Y A JESUCRISTO, A QUIEN HAS ENVIADO. Juan 17:3

1 comentario:

  1. Hola Hermano mio, te felicito por dedicar un portal a aquellas personas que necesitan aclarar su mente, en este momento son las 5:43am de la mañana aquí en Colombia y te deseo que recibas mas sabiduría de Parte del Espíritu Santo y que sigas caliente en la palabra de Nuestro Padre. asi lo declaro en EL nombre de Jesus. Amen.

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