martes, 3 de enero de 2012

EL DIOS DE LOS SOPLOS EZEQUIEL 37:9-10


Y me dijo: Profetiza al espíritu, Profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu; Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y Profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies, un ejército grande en extremo.
Tremenda orden recibió el profeta Ezequiel, cuando fue llevado y puesto en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por
todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Ezequiel 37:1-5
Escrito está: Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Génesis 2:7 Imaginemos entonces este valle en el que se encontraba el profeta, no por su propio gusto sino que fue llevado para que viera que en este valle no había vida que los huesos estaban secos en gran manera, pero que Dios le daba la orden, lo mandaba a declarar palabra de Dios, y que por la palabra de Dios estos huesos vivirían. Porque: El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del omnipotente me dio vida. Job 33:4
Cuando Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Jehová Dios plantó para él un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y Dios puso al hombre para que labrara el huerto y lo guardará. Y mando Jehová Dios al hombre diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer. Más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerro la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne. Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer. No moriréis, sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió;  y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mande no comieses? Y Jehová Dios dijo al hombre: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mande diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa: Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
 Fue de esta manera como la muerte entró en el mundo por la desobediencia de Adán. Porque Adán desobedeció a Dios y  comió del árbol de la ciencia del bien y del mal pecando así contra Dios al desobedecerlo en su designio. Podemos ver entonces que el pecado original del hombre contra Dios es la desobediencia. Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Romanos 5:12
La humanidad entera a pecado contra Dios, se ha olvidado de Dios, le ha dado la espalda, ha desobedecido a su palabra, no ha obedecido a sus mandamientos, no existe ser humano que no peque, TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS SOMOS PECADORES. Es por eso que Dios en su infinita misericordia ha manifestado su justicia por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él, Porque no hay diferencia,  Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, los pecados pasados. Más Dios muestra su amor para con nosotros , en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más estando ya justificados en su sangre, por el seremos salvos de la ira. Porque siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
¿Estás tú reconciliado con Dios por medio de Jesucristo o vives en desobediencia? Hoy es el día de la salvación Dios te extiende su mano, Dios te está diciendo reconciliaos, reconciliaos, reconcíliate con tu creador, él quiere soplar en ti espíritu de vida, porque estando vivos estamos muertos en nuestro delitos y pecados. Efesios 2:1 Dios ha provisto todo, Jesucristo pagó el precio de nuestra maldad en la cruz, Cristo derramó su sangre para darte salvación y vida eterna, acepta a Jesús y salvo serás. Solo necesitas creer, ten fe, créele a Dios él te ama y quiere darte su perdón ven a él.
Oremos:
 Padre en esta hora yo reconozco que he pecado, que he sido desobediente a tu palabra, que no he guardado tus mandamientos y que he hecho lo malo delante de ti, yo quiero que me des esa vida eterna que tú has provisto para mí en Jesucristo, acepto y reconozco que Cristo murió por mí en la cruz y que derramó su sangre para redimirme de la maldición del pecado y de la muerte. Hoy acepto a Cristo como mi Señor y salvador y que tú santo Espíritu sople sobre mí, sople vida nueva en Cristo Jesús y escribe mi nombre en el libro de la vida amén y amén.

Si hiciste esta oración aceptaste a Cristo como tu Señor y Salvador, te felicito es lo mejor que pudiste haber hecho jamás, me gustaría saber de ti. Dios te bendiga

Y ESTA ES LA VIDA ETERNA, QUE TE CONOZCAN A TI, EL UNICO DIOS VERDADERO, Y A JESUCRISTO, A QUIEN HAS ENVIADO. Juan 17;3


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