jueves, 21 de junio de 2012

MAS COMO EN LOS DIAS DE NOE, ASÍ SERÁ LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE


Aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la Tierra, está se fue corrompiendo mas y mas, al grado tal que llegaron a existir Gigantes, pues en aquellos días ciertos ángeles caídos abandonaron su propia naturaleza y se llegaron a las hijas de los
hombres porque vieron que eran muy hermosas, engendrando así una raza de gigantes, varones de renombre, hombres de fama, que recrudecieron la violencia que llenaba la tierra. Hasta que la maldad de los hombres era mucha en la Tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Génesis 6:5 Y Dios dolido en su corazón dijo: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad en prisiones eternas, para el juicio del gran día. Judas 6,
Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Mateo 24:37-39
Esta es la historia: Y se corrompió la Tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia y corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra, Dijo, pues Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. La harás de trescientos cincuenta codos de largo, de cincuenta codos de ancho y de treinta codos de alto. El arca tenía aproximadamente 150 metros de longitud, 25 metros de anchura y 15 metros de altura. Le harás una ventana al arca. Y he aquí yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y en entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. Y de toda lo que vive, de toda carne dos de cada especie meterás en el arca, de las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil según su especie,  para que tengan vida contigo; macho y hembra serán. Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos. Y así lo hizo Noé. Conforme a lo que Dios le mandó. Génesis. 6 

Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra, pues en aquel día fueron rotas todas las fuentes del gran abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches,  las aguas crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedo solamente Noé, y los que con él estaban en el arca. Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días. Pasadas estas cosas cuando las aguas se secaron por completo Dios le habló a Noé diciendo, Sal del arca, tú y todos los que están contigo, y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra. Y edificó Noé un altar a Jehová y ofreció holocausto en el altar, el cual le agrado a Dios. Y bendijo Dios a Noé y le dijo está será la señal de mi pacto con vosotros, mi arco he puesto en las nubes, de que nunca más habrá más diluvio de aguas para destruir la tierra.

Así está el mundo en la actualidad, como en los días de Noé, tiempos peligrosos, hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero que negarán la eficacia de ella, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre si mismo destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos. 

El apóstol Pedro en el capítulo tres nos dice: Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento. Para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua, pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. Mas, os amados, no ignoréis esto; que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para venida del día de Dios, en el cual los cielos encendiéndose, serán quemados, se fundirán. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensible, en paz…. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. 

¿ESTAS TÚ PREPARADO?      CRISTO VIENE

DIOS TE BENDIGA…………….

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